Después de que la pandemia actual retrasará los planes de todos los habitantes del planeta (naturalmente incluidos nosostros), comenzamos el camino a nuestra aventura al otro lado del océano, el 13 de agosto partimos del aeropuerto internacional de la ciudad de México con rumbo a Frankfurt entre abrazos y bendiciones de las que dan las mamás sabiendo que en algún momento las vas a necesitar.
Nerviosos y sin saber que esperar llegamos al aeropuerto de Frankfurt, confundidos por el cambio de horario y nerviosos a la hora de poner nuestras habilidades del alemán en práctica.
Tomamos el tren con rumbo a Dusseldorf, bueno, mejor dicho perdimos el tren por los nervios y la falta de experiencia a la hora de tomar un tren, pero al final después de tanto correr con todas las maletas y agotados por el viaje de poco más de 7 horas, llegamos a Dusseldorf vivitos y coleando ,para encontrarnos con Jonas y Kathi, con toda la emoción que puede caber en nuestros cuerpos y aún sin creer totalmente que ya estábamos pisando suelo Alemán, pero ahora sí venía lo “menos emocionante” de este año, nuestra cuarentena de 5 días que se sintieron como 15, pero por nuestro bien y de todos los demás nos tocó esperar pacientemente o impacientemente para por fin poder conocer la ciudad.
Aunque debo decir que nunca estuvimos verdaderamente solos, nuestros amigos nos levantaron el Ánimo con comida y bebida típica de Alemania *( se aclara la garganta en español) *, y nuestros queridos amigos de Ánimo nos trajeron regalos en nuestro primer día y la guía más útil para sobrevivir a nuestro año en Alemania sin más raspones de los necesarios.
Nos leemos pronto en el siguiente Blog! 🙂