Nunca imaginé tener la posibilidad de brindar un servicio y menos en otro país…
La aventura empezó durante enero del 2020, una tarde en la que me reuní con algunos amigos y voluntarios alemanes para tomar un café, sin embargo nunca imaginé la gran sorpresa que ese día me darían.
“Tu vas a Alemania”, el mensaje que sin darme cuenta venía incluído en el borde de mi bebida y que despertó diferentes emociones dentro de mí.
A partir de ese momento, junto con mis compañeros nos convertimos en la siguiente generación de voluntarios y la cuenta regresiva comenzaba.
2020; Un año en el que se detuvo el tiempo.
En ese momento, la pandemia de COVID-19 comenzaba a expandirse por todo el mundo y México no fue la excepción; durante el mes de marzo se declaró oficialmente su llegada y fué ese momento en el que los planes y preparativos se detuvieron por completo; por lo cual, nuestra partida hacia Alemania se postergaría hasta nuevo aviso.
¡¡Cuenta regresiva, aquí vamos!!.
La fecha de partida estaba fijada y el tiempo transcurría muy rápido, los preparativos comenzaron, hasta que por fin el 13 de agosto del 2021 comienza la gran travesía.
Ese día, revisé los últimos detalles con respecto al vuelo, los documentos y sobre todo el peso de las maletas; me sentía bastante nerviosa, ya que era mi primer viaje fuera del país.
Al llegar al aeropuerto, me reuní con mis compañeros y antes de nuestra partida, cada uno se despidió de sus familiares y amigos.
El viaje fue muy cansado, no fue muy cómodo el tiempo dentro del avión; pero lo más emocionante fue el poder ver nuevos y bonitos paisajes a través de la ventana y darme cuenta de que ¡ya habíamos llegado a Alemania!.