¡Hola! ¿cómo estás?, no sabes lo feliz que me hace verte aquí.
Llevamos por acá ya dos meses y una pequeña fracción y estamos en nuestra primera etapa de estancia “la adaptación”. Sin duda una de las más difíciles pero también de lo más increíble:
Todo completamente distinto, las casas, la gente, la comida, los horarios, los hábitos y el más “canijo”, el idioma.
En nuestro primer mes permanecimos en el seminario de la Diócesis (borromäum priesterseminar) en un curso intensivo de alemán, verdaderamente bueno y muy bonito, nunca había disfrutado tanto aprender un idioma; aquí vivíamos con seminaristas católicos y ortodoxos, comíamos en grupo con voluntarios y estudiantes de todo el mundo.
Comenzamos a adaptarnos…
La pregunta más común en todo el mes era siempre: Wie spricht man (…) in Deutsch? (¿Cómo se dice (…) en Alemán?), un poco molesto interrumpirse en una conversación pero vital para aprender un poco. La gente es muy amable con nosotros al saber que no podemos hablar con claridad y nos ayudan con gusto (algunas veces).
Anécdotas..
Im Namen des Vaters….
Im Names des Vaters, des Sohnes und des Heiligen Geistes. (en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo); así comenzó la celebración de la Boda de Isabel y Marc em Hamburgo, Alemania, en el momento de la primera invocación del Señor me percaté que no estaba en una boda como las que conozco, sino que en una Boda Ortodoxa, justo en el momento en que la Sacerdotisa comenzaba con la celebración.
Demasiado interesante presenciar dicha celebración, donde mantienen las mismas Sagradas Escrituras, sólo que no hay Consagración, música demasiado armoniosa y sin precencia del altar.
al terminar dicha celebración, Christel (mi tutora), con una sonrisa me dice “Es el mismo Cristo”.
No dejan de caer…
Por otra parte, el otoño está lleno de colores ocres intensos, hermosos, las hojas caen demasiado, a paso lento pero constante, los suelos crujen al pisarlos o pasar en bicicleta, sin duda alguna, el otoño es una melodía capaz de ser vista.
Es normal que al finalizar el día se encuentren restos de hojas en la ropa, en la mochila o en la bicicleta, así como es placenteramente molesto ser atacado por una hoja en la cara al andar en el patio o la calle.
Muchas gracias por regalarme un poco te tu tiempo, cuídate mucho. Un consejo. Si no le encuentras sentido a tu día, empieza por las cosas pequeñas.
Te espero en el siguiente blog.
BIS BALD!!!